Ministerio de Evangelización
Angeles de Dios
El Ministerio de Musica, ya son 13 años que lleva Evangelizando y animado a través de la música.
Se Busca a través de este carisma: Que los jóvenes, niños y niñas, a través de este apostolado, conozcan y se acerque a Dios y a su Iglesia mediante:
- La participación en el sacramento de la Eucaristía, fuente de vida cristiana.
- El conocimiento de su fe, la oración y la lectura de la Palabra
- El servicio a la comunidad en las celebraciones litúrgicas con la música.
- Que el integrante de este ministerio aprenda a utilizar el don que Dios le ha regalado de manera que vea la música no sólo en su aspecto artístico y/o estético, sino sobre todo en su aspecto espiritual, como un medio eficaz de evangelización y de encuentro con Dios y nuestros hermanos.
- Con la música los redimidos alaban a Dios por toda la eternidad (Ap 14, 2-3).
- Jesús también usaba el canto como alabanza al Padre (Mc 14, 26).
- La música es un medio efectivo de evangelización (Sal 40, 4).
- La música sirve para expresar la alegría de los hijos de Dios (St 5,13).
- El canto y la música son una efectiva arma de batalla y de liberación contra las fuerzas del mal (2 Cro 20, 1Sam, 16, 14-23).
FORMACIÓN: Se busca acompañar e ir fortaleciendo el proceso personal de conversión que tiene su origen en el encuentro con Jesucristo vivo.
En el Ministerio de Música creemos que antes que músicos y servidores somos hijos de Dios. Por lo tanto debemos crecer en nuestra fe y en nuestra relación con nuestro Padre, ya que sin esto nuestra música sería solo notas que se pierden en el aire pero no instrumentos del Espíritu que penetra en los corazones de quienes la escuchan. Teniendo en cuenta esto y de acuerdo a nuestras necesidades, hemos dividido nuestro proceso de formación en tres etapas:
a) Catequesis.- Conocimiento y crecimiento en nuestra fe católica.
b) Preparación litúrgica.- Formación para conocer y comprender la celebración del misterio cristiano.
c) Espiritualidad.- Incluye todos los medios que nos permitan acercarnos más a Dios y a su amor tales como:
Manejar la oración penitencial con mucha frecuencia; a diferencia de lo cotidiano,Oración personal y comunitaria, vivir el ayuno individual y colectivo,Lectura y meditación de la Palabra, el sacrificio, la confesión constante, el rosario y la Eucaristía. Retiros espirituales.
Este proceso de formación es el camino que lleva a la maduración del ser cristiano viviendo la experiencia de discípulo; cuando se avanza en esta etapa, el camino de formación lleva a la experiencia de la comunión vivida desde una comunidad de fe donde toma raíces la pertenencia a la Iglesia. Esta formación implica ese compromiso de formar para la vivencia de la comunión, que será la fuente del testimonio a través del apostolado.
